Pablo
2003-12-07 17:53:49 UTC
LA HISTORIA DE UN CHICO
Esta es la historia de un chico. Un chico alegre y jovial,
autoconfiado y atrevido, orgulloso y desacarado, un poco gamberro pero
con buen corazón.
Y para ese chico la vida era un juego muy entretenido.
Pasaron los años y este chico se levantó un día y se dio cuenta de que
la vida ya no era divertida. No le apetecía levantarse al amanecer ni
jugar hasta el anochecer y con el tiempo la vida empezó a ser una
carga difícil de soportar. Su alegría se había perdido entre las
tribulaciones de una vida. Su autoconfianza acabó diluida entre
montones de fracasos y su atrevimiento y orgullo acabaron
desapareciendo tras un cúmulo de invalidaciones. Y toda la vida en sí
era una confusión.
Y todo en sí no parecía tener mucho sentido.
Hasta que un día conoció a alguien. Y ese alguien le dijo: "¿Te
gustaría recuperar la vitalidad, alegría, atrevimiento y autoconfianza
que una vez tuviste?" . Y el chico le dijo: "¿Es eso posible?". Y la
persona le repitió: "¿Te gustaría recuperar esas cualidades?". Y el
chico le respondió: "¡Sí!". Y la persona le dijo: "Muy bien. Averigua
donde estás en relación con tu existencia, y cuando estés seguro me lo
dirás". Y desapareció.
Al cabo de un día, el chico averiguó con certeza donde estaba, y se
sorprendió mucho de la respuesta que encontró. Se dio cuenta de que
estaba en un lío. Y entonces la persona apareció de nuevo y le dijo:
"Me alegro que sepas donde estás. Ahora averigua qué eres tú en
relación con tu existencia, y cuando estés seguro de ello me lo
dirás". Y desapareció de nuevo.
Al cabo de otro día, el chico encontró qué estaba siendo en relación
con su vida y de nuevo se sorprendió. Se dio cuenta de que estaba
siendo algo que él no era: un efecto de la existencia. Y se dio cuenta
de que él en realidad era el que causaba su exitencia. Y entonces la
persona apareció nuevamente y le dijo: "Me alegro de que hayas
averiguado qué eres tú en realidad. Ahora averigua quién eres tú en
realidad, y cuando estés seguro de ello me lo dirás". Y desapareció de
nuevo.
Esta vez el chico se llevó la mayor sorpresa al darse cuenta de quién
era él en realidad. Se dio cuenta de que él estaba siendo alguien que
él no era. Y se dio cuenta de que, en realidad, él era un chico alegre
y jovial, autoconfiado y atrevido, orgulloso y desacarado, un poco
gamberro pero con buen corazón. Y entonces la persona apareció
nuevamente y le dijo: "Me alegro de que sepas quién eres tú en
realidad. Ahora debes decidir a qué grupo quieres pertenecer: a los
que son quienes ellos son en realidad o a los que son alguien
diferente a ellos mismos".
Esta vez el chico lo pasó mal al darse cuenta de lo que había estado
"siendo" y al ver qué había producido eso en su vida. Y entonces
decidió que iba a entrar a formar parte del grupo que son los que
ellos son en realidad. Los seres que son ellos mismos.
Y en ese momento apareció la persona misteriosa y le dijo: "Me alegro
por tu elección. Ahora tienes que anunciar tu decisión de modo que no
queden dudas de cuál es tu decisión". Y el chico le dijo: "Pero, ¿a
quién se lo debo anunciar?" Y la persona le dijo: "Lo debes anunciar
tanto a los que forman parte del grupo al que no quieres pertenecer
como a las personas que forman el grupo al que has decidido
pertenecer". Y desapareció. Y aun estando solo, el chico replicó:
"¡Pero eso abarca el mundo entero!". Y no recibió respuesta.
Y el chico tomó la decisión de hacérselo saber a todo el mundo, y
decidió comunicarlo a través de una historia. Y comenzó a escribir:
"Esta es la historia de un chico. Un chico alegre y jovial,
autoconfiado y atrevido, orgulloso y desacarado, un poco gamberro pero
con buen corazón.
Y para ese chico la vida era un juego muy entretenido.
"
Y el nombre del chico era Pablo Fernández.
Esta es la historia de un chico. Un chico alegre y jovial,
autoconfiado y atrevido, orgulloso y desacarado, un poco gamberro pero
con buen corazón.
Y para ese chico la vida era un juego muy entretenido.
Pasaron los años y este chico se levantó un día y se dio cuenta de que
la vida ya no era divertida. No le apetecía levantarse al amanecer ni
jugar hasta el anochecer y con el tiempo la vida empezó a ser una
carga difícil de soportar. Su alegría se había perdido entre las
tribulaciones de una vida. Su autoconfianza acabó diluida entre
montones de fracasos y su atrevimiento y orgullo acabaron
desapareciendo tras un cúmulo de invalidaciones. Y toda la vida en sí
era una confusión.
Y todo en sí no parecía tener mucho sentido.
Hasta que un día conoció a alguien. Y ese alguien le dijo: "¿Te
gustaría recuperar la vitalidad, alegría, atrevimiento y autoconfianza
que una vez tuviste?" . Y el chico le dijo: "¿Es eso posible?". Y la
persona le repitió: "¿Te gustaría recuperar esas cualidades?". Y el
chico le respondió: "¡Sí!". Y la persona le dijo: "Muy bien. Averigua
donde estás en relación con tu existencia, y cuando estés seguro me lo
dirás". Y desapareció.
Al cabo de un día, el chico averiguó con certeza donde estaba, y se
sorprendió mucho de la respuesta que encontró. Se dio cuenta de que
estaba en un lío. Y entonces la persona apareció de nuevo y le dijo:
"Me alegro que sepas donde estás. Ahora averigua qué eres tú en
relación con tu existencia, y cuando estés seguro de ello me lo
dirás". Y desapareció de nuevo.
Al cabo de otro día, el chico encontró qué estaba siendo en relación
con su vida y de nuevo se sorprendió. Se dio cuenta de que estaba
siendo algo que él no era: un efecto de la existencia. Y se dio cuenta
de que él en realidad era el que causaba su exitencia. Y entonces la
persona apareció nuevamente y le dijo: "Me alegro de que hayas
averiguado qué eres tú en realidad. Ahora averigua quién eres tú en
realidad, y cuando estés seguro de ello me lo dirás". Y desapareció de
nuevo.
Esta vez el chico se llevó la mayor sorpresa al darse cuenta de quién
era él en realidad. Se dio cuenta de que él estaba siendo alguien que
él no era. Y se dio cuenta de que, en realidad, él era un chico alegre
y jovial, autoconfiado y atrevido, orgulloso y desacarado, un poco
gamberro pero con buen corazón. Y entonces la persona apareció
nuevamente y le dijo: "Me alegro de que sepas quién eres tú en
realidad. Ahora debes decidir a qué grupo quieres pertenecer: a los
que son quienes ellos son en realidad o a los que son alguien
diferente a ellos mismos".
Esta vez el chico lo pasó mal al darse cuenta de lo que había estado
"siendo" y al ver qué había producido eso en su vida. Y entonces
decidió que iba a entrar a formar parte del grupo que son los que
ellos son en realidad. Los seres que son ellos mismos.
Y en ese momento apareció la persona misteriosa y le dijo: "Me alegro
por tu elección. Ahora tienes que anunciar tu decisión de modo que no
queden dudas de cuál es tu decisión". Y el chico le dijo: "Pero, ¿a
quién se lo debo anunciar?" Y la persona le dijo: "Lo debes anunciar
tanto a los que forman parte del grupo al que no quieres pertenecer
como a las personas que forman el grupo al que has decidido
pertenecer". Y desapareció. Y aun estando solo, el chico replicó:
"¡Pero eso abarca el mundo entero!". Y no recibió respuesta.
Y el chico tomó la decisión de hacérselo saber a todo el mundo, y
decidió comunicarlo a través de una historia. Y comenzó a escribir:
"Esta es la historia de un chico. Un chico alegre y jovial,
autoconfiado y atrevido, orgulloso y desacarado, un poco gamberro pero
con buen corazón.
Y para ese chico la vida era un juego muy entretenido.
"
Y el nombre del chico era Pablo Fernández.